Corea del Norte: La música de un régimen

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Existe un lugar donde todo lo que proviene de Estados Unidos es vetado, odiado y sancionado, lo que incluye a la industria musical más férrea del mundo. Ese lugar del que hablamos es la República Popular de Corea, uno de los lugares más controlados del planeta. A pesar de todo, no es extraño ver imágenes de niños norcoreanos de corta edad ejecutando con gran destreza piezas musicales clásicas, pero interpretar no es lo mismo que componer, y sin influencias foráneas ¿qué es lo más demandado por el público de Corea del Norte?

Ir a Corea del Norte buscando uno de los «hits» más rocambolescos para este verano quizá sea una de las labores menos útiles para un analista de tendencias musicales, pero en ese reducto, aparentemente inalterado por el exterior, nace algo autóctono, puro y que difícilmente se puede ver contaminado.

Tras horas y horas de visionado del escaso material que ha atravesado las fronteras del régimen —el uso de internet en Corea del Norte está permitido solo a unos pocos funcionarios de alto nivel; en su lugar, la población tiene acceso a una intranet controlada de forma gubernamental— podemos definir el conglomerado musical nacido en Norcorea con una palabra: propaganda.musica-corea-norte-cartel-1

Desconocido lector, espero que con mis palabras no se exprese un sentimiento de repulsa, la propaganda, la utilización de la música como herramienta de adoctrinamiento para captar adeptos y difundir un mensaje, no es algo nuevo ni exclusivo de Corea del Norte. Desde los cantos gregorianos hasta la letra de cualquier «jingle» publicitario se hace uso de ella. Estas melodías las tarareamos, bailamos e interiorizamos, incluso nos generan sentimientos encontrados.

La música es una de las formas más eficaces para transmitir información y esto no pasa desapercibido a nadie, ni a los gobiernos ni a los gurús de la mercadotecnia. Además, también es una fiel expresión del pulso de una sociedad, analizando las letras, los ritmos o la forma de interpretar en directo sus temas más exitosos podemos ver el reflejo de los admiradores, que al fin y al cabo, son la ciudadanía.

Las peculiaridades de la República Popular de Corea han fomentado el empleo de la música para el enaltecimiento de su líder —Kim Jong-Un— y de su nación.  Letras, ritmo y puesta en escena están cuidadosamente elaboradas bajo una esencia que rezuma patriotismo. En definitiva, la música y la propaganda nacionalista en Norcorea van unidas de la mano.

Tanto es así, que Ri Sol-ju, primera dama de Corea del Norte, es una aclamada cantante, con un repertorio dirigido a motivar a las tropas militares. Además de ella, dos son los grupos que han conseguido con el beneplácito del gobierno gran popularidad dentro de la nación:

https://www.youtube.com/watch?v=FXaxv0wwhdk

Por un lado, Pochonbo Electronic Ensemble cuenta con haber sacado la escalofriante cifra de más de 150 discos. Sus miembros presentan una estética bastante formal donde predomina la imagen de su cantante principal, Hyon Song-wol. La mayoría de las letras están destinadas a representar el amor por la patria, la fortaleza de sus ciudadanos y las bondades del gobierno. Como curiosidad, el nombre del colectivo tiene su origen en la victoria de las guerrillas coreanas frente a las tropas japonesas en la batalla de Pochonbo.

Por otro lado, rompiendo con una estética más agresiva, «moderna» y directa, nos encontramos con Moranbong-Band, un grupo formado exclusivamente por chicas. La mayoría de sus actuaciones van acompañadas por la proyección de imágenes de Kim Jong-Un y suelen incluir elementos militares tanto en su vestimenta como en el escenario, incluso llegando a interpretar subidas a un tanque y a una lanzadera de misiles. En general, la mayoría de la música que ha llegado a nosotros de este grupo, tiene un corte que rememora la década de los 70’s, una música cargada, recalcitrante y saturada de elementos estridentes—teclados, campanas, violines…— con un ritmo altivo que para el nada acostumbrado oído de un occidental puede conducir a la extenuación.

Trajes militares, odas al líder y una técnica que sorprende por estar tan depurada en los directos forman una más de las herramientas propagandísticas utilizadas por el líder. Los estrictos controles en el cuarto poder —prensa escrita, radio, televisión e internet— hacen prácticamente inexistente la difusión, para el público norcoreano y, más aún, para el no norcoreano, de grupos que no centren sus letras en el amor a la patria. Porque como dijo la gran cantante folclórica Mercedes Sosa «toda censura es peligrosa porque detiene el desarrollo cultural de un pueblo» .