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Miguel de Cervantes, dramaturgo en la sombra

Un año más llega el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra y con él la celebración del Día Internacional del Libro. No es baladí la coincidencia de ambos eventos en una única fecha. El Día del Libro es una manera de transformar en homenaje, con menos exactitud en el calendario de la que se cree, la que fuese una efeméride nefasta para las letras mundiales: los fallecimientos del español y del igualmente célebre William Shakespeare.

Nadie discute la reputación de Shakespeare como uno de los mayores dramaturgos de la historia. Sin embargo, pocos sabrían atribuir la debida importancia a esa misma faceta del primero. De ahí la pregunta de por qué Miguel de Cervantes falleció sin disfrutar apenas de reconocimiento de la que fue la mayor y más temprana de sus vocaciones.

El público manda

Está probablemente en lo cierto quien apunte a la calidad e inmenso prestigio de su prosa para explicar por qué otros frutos de la pluma cervantina, no solo su teatro sino también su poesía, han sido eclipsados. Pero tal explicación sería incompleta y privaría al lector de una realidad que le causará tanta sorpresa como decepción y amargura le causó a Cervantes: las presiones, preferencias y rivalidades propias de la industria teatral ya tenían lugar en el siglo XVI.

Cervantes y Lope de Vega
Cervantes y Lope de Vega || Imágenes de Wikipedia.org

Es el propio Cervantes quien dejó testimonio escrito de su inclinación natural por el teatro, gustando especialmente de las obras de Lope de Rueda. También mostró su desazón cuando, llegado el momento, su propia producción teatral jamás recibió la respuesta que anhelaba.

El teatro cervantino se definió por las siguientes características: un fin moral, personajes alegóricos y el carácter unitario que resulta de la adherencia a las conocidas como unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar. Son las mismas unidades que rompió su gran rival en el proscenio, Lope de Vega. En su teatro no primaba tanto la moral y sí la desenvoltura, una mayor variedad en la versificación y, por último, una temática rica en historias de amores cortesanos que conquistó al público de la época.

Los empresarios teatrales tuvieron muy claro a quién elegir. Las obras de Cervantes, de nuevo según sus propias palabras, se estrenaron “sin ofrenda de pepinos,” pero también sin ofrenda de laureles. Algo que sí cosechó Lope de Vega. Ayer, hoy y siempre, el público manda. Ayer, hoy y siempre, el pleno disfrute de obras de tan alta calidad como complejidad queda reservado para aquellos que, con menos ruido que el aplauso de la audiencia y acaso ni tan siquiera en la misma época, descubren el valor de lo que ha quedado en la sombra.

Teatro Cervantes entremeses
Portada de los Entremeses || faculty.lawrence.edu

Una revalorización necesaria del teatro de Cervantes

Tras esto, cabe cuestionarse el porqué de la falta de adaptación de Cervantes a los gustos de la época, máxime teniendo en cuenta que su situación económica siempre estuvo lejos de ser desahogada. Una de las explicaciones más bien argumentadas al respecto la ofrece Jesús González Maestro, profesor en la Universidad de Vigo y fundador y co-editor del Anuario de Estudios Cervantinos, en su volumen Calipso eclipsada. El teatro de Cervantes más allá del siglo de oro.

En sus páginas Maestro señala que “Cervantes nunca quiso parecerse a ninguno de sus contemporáneos,” menos aún a su gran rival, y que aquellos que creen que el Manco de Lepanto fracasó en un supuesto intento de escribir comedia nueva crean una solución artificial para un “problema igualmente falso.” El académico se hace eco de las declaraciones de Edward E. Riley en los años noventa al destacar la “heterodoxia y la extemporaneidad” como los rasgos principales de la obra teatral cervantina.

Afortunadamente, la figura del Cervantes dramaturgo goza estos días de un mayor reconocimiento. En noviembre de 2015 tuvo lugar en El Colegio de México, en colaboración con el Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, el Coloquio Internacional “Cervantes: hombre de teatro.” Compañías modernas como Els Joglars también han homenajeado a Cervantes. Los entremeses que creó, género teatral que curiosamente encuentra su origen en los pasos de su admirado Lope de Rueda, se consideran hoy su mayor contribución al teatro.

Se cumplen cuatro siglos de la pérdida de Miguel de Cervantes, pero queda mucho por descubrir de su legado.