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King Diamond: cuando el terror se junta con la música

Aunque el público en general suele mirar fuera del heavy metal para catalogar algunos privilegios, es inevitable comentar que el género ha dado lugar a algunas de las mejores voces que se han podido disfrutar a lo largo de la historia. Como parte un conjunto, la voz de los cantantes de heavy metal ha solido ir acompañada en varias ocasiones de una actitud, de unas maneras de frontman y de un estilismo que siempre han sido igual de característicos que las dotes de voz de una persona que salta al escenario con su banda. Cuando la enumeración de artistas se sucede y empiezan a salir a flote los nombres de las leyendas como Rob Halford o Bruce Dickinson, la figura de King Diamond tiene que aparecer tarde o temprano dentro de la lista en cuestión.

King Diamond
King Diamond || assets.teamrock.com

La historia de King Diamond es encarnada por Kim Bendix Petersen. Dicha persona empezaría a ejercer de maestro de ceremonias para el popular personaje allá en los años 80, cuando la banda Mercyful Fate empezaba su andadura musical. Influenciado principalmente por Alice Cooper, King Diamond empezó a construir su leyenda alrededor de un halo de misterio que le proporcionaba el sonido de Mercyful Fate. Con este sonido tan característico, King Diamond se encargó del apartado lírico dotando a las historias contadas en las canciones con elementos satánicos, ocultistas y tenebrosos.

El comienzo de la leyenda de King Diamond

Pero la figura de King Diamond no se forjó de la noche a la mañana. Tras ser rechazados por más de una discográfica debido a su estilo tanto lírico como estilista, Roadrunner Records les proporcionó el estrellato con el LP Melissa. A lomos de dicho LP, la crítica especializada empezó a tenerlos muy en cuenta para el futuro.

King Diamond Mercyful Fate
Mercyful Fate en una sesión de fotos || images2.alphacoders.com

A pesar de que Mercyful Fate denotaba un todo musical excelente, fue el registro vocal de King Diamond el máximo culpable de que el grupo tuviera mil ojos sobre ellos. El falsete tan característico en la voz del danés y la capacidad de interpretar a galope entre tonos graves y agudos, fueron determinantes para que medios como la revista Rolling Stones los catalogaran de imprescindibles.

Los conciertos de Mercyful Fate sonaban a melodías armoniosas para los seguidores del black metal. Aunque la voz de King Diamond fuera un atractivo más que sobresaliente, al cantante todavía le quedaba madurar uno de sus aspectos más característicos: la actuación alrededor de sus letras. Tras el primer parón que formó la banda, Diamond se lanzó rumbo a su carrera en solitario y ahí empezaría a conformar dicha faceta de la que carecía con su anterior grupo.

Proyecto en solitario: la armonía del terror

En el primer LP titulado Fatal Portrait, King Diamond experimentó con nuevos sonidos y ritmos a lo que había trabajado en su anterior álbum. Lo que llamó verdaderamente la atención de la crítica es la historia que conformaban tres de sus canciones. “The Candle”, “The Jonah” y “The Portrait” formó una trilogía que hacía una historia completa. Esto a la crítica especializada y al público acérrimo a Mercyful Fate le vino como una sorpresa altamente acertada.

Quizás fue ese el motivo por el que Diamond decidió que el siguiente álbum, titulado Abigail, fuera el comienzo de una constante que conforma una historia de terror en cada álbum del popular cantante danés. Así pues, y con esa repetición de estructuración para un disco, King Diamond ha ofrecido trabajos que giran en torno a particulares obras de terror surrealista en casas, mansiones, cementerios o una particular visión sobre la historia de Jesús de Nazaret dentro de su imperdible e infravalorado álbum House of God.

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King Diamond || www.pennsylvaniamusicnews.com

Esta faceta es una de las cosas que más llaman la atención a aquellos que quieren investigar sobre la banda. Esto se debe a que, aunque sí ha sido utilizada en otros momentos por otros grupos en géneros distintos, pocas veces se hizo con tanta precisión y buen gusto como se hace en obras de la talla de Them o el anteriormente citado Abigail.

Para la peculiar manera que tiene de componer los discos, y la historia que se desarrolla en ellos, King Diamond se apoya también en el aspecto más teatral dentro de sus conciertos. Dichas performances van acompañadas con una decoración acorde a lo que presenta la historia y con la actuación estelar de los personajes que conforman su obra. De esta manera se crea una atmósfera en donde el terror está más presente que incluso en las películas slasher de los 80’s.

Es por ello que el público que visualiza un concierto suyo en pleno directo, o aquellos que disfrutan plenamente de uno de los tantos que hay por las redes, coinciden en que rara vez se puede observar un espectáculo que cuente algo más allá de la música. Algo más allá de las letras. Existe una armonía donde los extraviados gritos de almas torturadas, demonios del averno y calidad musical se chocan la mano, y ahí es donde hace aparición el terror hecho concierto.

Aunque bien es cierto que Diamond quedó impactado del shock rock de Alice Cooper o Kiss, supo crear una figura en derredor a él que bien le ha valido el reconocimiento que tiene hoy en día. Un reconocimiento que le ha otorgado ser el principal motor de arranque para bandas como los suecos Ghost, o la banda argentina Dagas.

A sus sesenta años y tras estar al borde de la muerte en 2010 por una operación a corazón abierto, el ya veterano Kim Bendix Petersen luce orgullosa su estampa a medida que va preparando el que será su próximo disco. Por el momento, y con una gran estima, estará en el Rock Fest de Barcelona este mismo mes de julio para presentar su gira especial donde interpretará el álbum Abigail de principio a fin. Larga vida al Rey Diamante.